PLEAMAR
La habitación es oscura, el plano fijo está pobremente iluminado y las hermanas Muller se mueven a base de espasmos para intentar liberarse de las cuerdas. Trozos de cinta americana hacen de mordaza y ahogan los gritos. El vídeo dura cinco segundos y está dirigido a dieciocho millones de personas, la cifra de suscriptores de Pleamar, el canal que las dos jóvenes tienen abierto en YouTube.
Así empieza la pesadilla de Martina y Leandra, dos jóvenes influencers que han conseguido la fama demasiado rápido. ¿Quién está televisando el secuestro?
El inspector Darío Mur vuelve a Madrid para investigar este caso tras un año de excedencia. Tendrá que sumergirse en un mundo que no conoce, el de las redes sociales, un mundo de postureo, envidias y traiciones, envuelto por un aire frívolo que lo vuelve todo irreal. El desfile de sospechosos incluye a la representante de las hermanas, al cámara que les graba los vídeos, a un hater obsesionado, a una instagramer rival y a otra que padece adicción al móvil. Un abanico de personajes que reflejan la nueva sociedad, dominada por el culto a la imagen y al éxito en la porción que sea, siempre que se pueda enseñar en un escaparate.
Hombre culto y nostálgico de los saberes añejos, el inspector Mur se verá sacudido por una banalidad que se ha impuesto definitivamente en los usos sociales, en la cultura y en el canon para la valoración del talento, y también en la quimera cada vez más vigente de la eterna juventud y en la consideración del amor, que cotiza a la baja.
Con una hija adolescente conflictiva, tal vez una víctima no del todo inocente de esta nueva religión, Darío Mur se enfrentará al caso más doloroso de toda su carrera.