Ciertamente se hace necesario aclarar que cada vez es más difícil ser original en un género con la estructura argumental tan acotada. El joven autor gaditano Benito Olmo (1980), hasta la fecha bregado en el proceloso mundo de la autoedición, era consciente de ello y ha rehuido en el que podríamos calificar como su bautizo en el género, La maniobra de la tortuga (Suma, 2016), cualquier atisbo de sorpresa argumental.