Alaitz Leceaga, Las hijas de la tierra. Me ha encantado de principio a fin. No puedo decir nada en contra de esta novela o, mejor dicho, novelón. Empezando por su portada, me conquistó en el momento en que la vi. La mujer que la preside refleja a la perfección el coraje de las mujeres que habitan en la finca Las Urracas. No sé si será ella o no, pero para mí, Gloria, la gran Gloria, ha tenido ese rostro desde la primera página.
