Que a mí me gusta un thriller más que a un tonto un lápiz no es ningún secreto para los que pasáis por esta casa, aunque es cierto que de un tiempo a esta parte leo bastante más narrativa que otra cosa. Pero la semana pasada llegó a mis manos Pleamar y Antonio Mercero se ha encargado de que me suba de nuevo al carro. ¡Menuda historia! Os cuento, pero apuntad y salid pitando.